Sobre o futuro da cultura escrita
–¿Cómo afectan los nuevos soportes y canales de circulación digitales de la letra impresa (desde el libro electrónico y las bibliotecas virtuales a la impresión a demanda, el móvil y los blogs)?–Amplían las opciones para los lectores y para autores. Por tanto se reducirá el mercado de libros impresos y se abrirán nuevas oportunidades de distribución y de negocio editorial (que pueden ocupar distintos actores). Pero el cambio más radical afecta a la creación y a la interacción con el lector más que a la distribución. Surgen nuevas formas narrativas, muchas basadas en la hibridación con el audiovisual. La relación autor-lector se hará más bidireccional y más continua en el tiempo.–¿En que medida la red altera la noción de autoría y qué problemas legales trae aparajada?
–La red no altera la noción de autoría, que es previa al modelo legal de propiedad intelectual aún mayoritario. Este modelo de propiedad intelectual, basado en la protección absoluta y en el concepto de creación individual, se ha quedado obsoleto ante el proceso de digitalización de la cultura. Pero es este modelo el que representa una anomalía (que ha durado unas décadas o unos pocos siglos) y no el impacto de lo digital. Internet, por el contrario, reduce barreras y permite la recuperación de la creación como actividad social y colaborativa.–¿Cómo crees que modifican la red y los nuevos soportes tanto a la producción (escritura) como la recepción (lectura) de la letra impresa?
–La red modifica el proceso de investigación y documentación en que se basa la producción. Por otra parte, permite desarrollar nuevos lenguajes narrativos y nuevos formatos, en buena medida aún por explorar. Por otra parte, existe una tendencia a la atomización de los mensajes o las obras por que reducen su extensión o se dividen en fragmentos. El lector modifica su relación con la obra, pero, sobre todo, puede alterar su relación con el autor y con el resto de la comunidad (por ejemplo, realizando críticas o reapropiándose de la obra original para nuevas creaciones). El número de autores aumentará y la distinción autor-lector se diluirá en parte. Surgirán múltiples modelos intermedios entre el autor amateur y el profesional, y, en todo caso y como ya sucede en la música, se diversificarán los modelos de remuneración.–¿Cuál es el futuro del libro? Pros y contras de la revolución digital en el mundo editorial
–El libro impreso, tal como lo conocemos, se especializará en ciertos nichos (posiblemente aquellos de mayor valor y/o precio). De hecho, algo así ha sucedido, en negativo, ya con la progresiva desaparición de las enciclopedias en papel. La obra escrita, en sentido amplio (incluyendo todas las formas digitales), ha experimentado un crecimiento importante con Internet y especialmente la web 2.0. Este aumento de la producción ha provocado, por supuesto, la aparición de un número muy elevado de obras que en opinión de la mayoría tienen una calidad ínfima, pero al tiempo surgen autores y obras de gran calidad, pequeños porcentualmente pero muy importantes en términos absolutos. El desarrollo de herramientas para la búsqueda, filtrado y agregación de información digital (en especial tecnologías como RSS, buscadores especializados, agregadores y los sistemas de etiquetado) equipan al lector para poder hacer frente a esta exuberancia creativa sin necesidad de los filtros y autoridades tradicionales. Esto no significa que asuman ese nuevo rol; por el contrario puede que prefieran ceder ese esfuerzo a editores y/o críticos, pero los seleccionarán con criterios muy diferentes a los del “mundo del papel”.
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