Libros de mañá, a posición de Neuman
“No estoy seguro de que sea una buena idea depositar la mayor parte de las energías editoriales en ediciones de bolsillo. Al menos no en aquellas que, más allá del saludable abaratamiento del precio, le ofrecen al lector un objeto mal encuadernado, incómodamente impreso y no demasiado legible. Si se tratase sólo de ahorro de materiales y bajada de costes, entonces el libro digital llevaría las de ganar. Por supuesto, que los libros tengan un precio razonable y accesible para el comprador medio es algo sin duda positivo. Pero el atractivo de un libro impreso está también en la experiencia material de su disfrute y posesión. Por eso, aunque parezca contradictorio, simplificar la edición impresa hasta obtener un objeto tan barato como rudimentario, podría llegar a ser contraproducente: la función específica (estética, simbólica, sensorial) del objeto libro quedaría en entredicho. Si yo fuera editor, apostaría por subrayar el carácter de belleza física, de pequeña obra de arte, de objeto palpable, asible y deseante que tiene todo buen libro impreso. Además de seres digitalizados, seguimos siendo seres con dedos.”